La última casa a la
izquierda
Cuadro técnico:
Director: Wes Craven
Productor: Sean S.
Cunningham
Intérpretes: David Hess,
Lucy Grantham, Dandra Cassel
País/ año: USA/ 1972
Uno de los clásicos
seminales que abrazaron desde Norteamérica la década de los 70, la nueva era
del terror hippie que daría luz a un buen puñado de películas verdaderamente
salvajes, la mayoría sin problema alguno con la censura gracias a los vientos liberales que corrían por aquellos tiempos.
salvajes, la mayoría sin problema alguno con la censura gracias a los vientos liberales que corrían por aquellos tiempos.
Craven llegó a Nueva York
con el máster de Filosofía y dos hijos debajo del brazo dispuesto a emprender
una nueva vida y dejar atrás su pasado de profesor de instituto. Trabajó tres
meses como mensajero hasta que se animó a participar en un pequeño filme
titulado Together, dirigido por un tipo de veintisiete años llamado Sean
Cunningham. Éste le propuso escribir, dirigir y montar una película de horror
por sólo 40.000 dólares y pagarle 10.000 a él. Craven puso manos a la obra y en
cuatro semanas (una más del tiempo previsto) rodó The night of vengeance,
disparándose el presupuesto finalmente hasta los 90.000 dólares. Tras nueve
meses de edición, la película se estrenó en tres ciudades como Sex Crime of the
Century, pero ante el precipitoso fracaso del público de las dos primeras
noches de exhibición le cambiaron el título por el definitivo The last house on
the left y se sacaron de la manga la inquietante y famosa frase promocional:
“Para evitar desmayos, no deje de repetirse: es sólo una película… sólo una
película… sólo una película…”.
Si la ultima casa a la
izquierda tiene ese aspecto tan desarrapado, tan barriobajero como efectivo,
tan parecido a un documento que está mostrando el horror en su fase más
primigenia, es debido, en buena parte, a que casi todo el equipo técnico no
tenía la menor idea de cómo se hacía una película. Los actores eran amigos, los
eléctricos novatos y Craven solo sabia decir: “¡Cámara!, ¡Acción! y ¡Corten!,
igual que cuando realizaba documentales para televisión. De ahí que las escenas
sean tan creíbles y tan aberrantes, puesto que están recogidas por una cámara
temblequeante que no se pierde el más mínimo detalle, por escabroso que éste
sea: golpes, violación, asesinato, castración a mordiscos, descargas de
corriente eléctrica, llantos, histeria…
David Hess, el actor encarna
al líder de la pandilla, hace memoria: “En un principio me contrataron para
componer la música, pero en el último minuto me dijeron que si me atrevía
también a salir delante de las cámaras. Acepté, por lo que mi sueldo de 18.000
dólares le añadieron 1.000 más, ¡por ser el actor protagonista!... era la época
de la explosión del porno, así decidimos hacer algo por otro camino, por el de
la violencia feroz, y para ellos nos sirvió de mucho el ambiente de rodaje, lo
más parecido a una comuna que te puedas imaginar: sueldo escaso, todo el día
trabajando, buen ambiente, dormir en la casa del productor porque no había para
un hotel…”
Lejanamente inspirada en “El
manantial de la Doncellas” (Jungfrukallan, Ingmar Berman, 1959), por lo de la
brutal venganza que llevan a cabo los padres de las victimas cuando descubren a
los asesinos de sus hijas. La última casa a la izquierda es un producto típico de
los años 70. La presunta trasgresión en el fondo, el reaccionarismo campa a sus
anchas: quien a hierro mata a hierro muere) y el morbo obligan al espectador a
revolverse en su butaca una y otra vez, y eso que en el montaje definitivo se
descartaron algunas escenas debido a su naturaleza sumamente desagradable.
A pesar de los años y del
aluvión de imitaciones baratas que han pasado por encima de ella, es una
película que todavía no ha caducado (ya nació pasada de fecha), debido sobre
todo a esa torpeza naif que la hace tan atractiva.
En trabajos posteriores, Wes
Craven seguiría sacando a la superficie las miserias de la hiperviolencia
América Profunda. Un buen ejemplo es la polvorienta “Las colinas tienen ojos”
(The Hills have eyes, 1977, con su respectivo remake), con un grupo de caníbales
de las montañas a la caza y degüello de excursionistas extraviados.
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