Cuadro técnico
Director: Tobe Hooper (guionista y coautor del ost)
Año y país: 1974/ USA
Productor: Tobe Hooper
Actores: Marilyn Burns, Allen Danzinger, Paul A. Partain, Gunnar Hanssen, Edwin Neal, Terri McMinn.
“La película que van
ustedes a ver es un relato de la tragedia que se abatió sobre un grupo de cinco
jóvenes y en especial sobre Sally Hardesty y su hermano inválido Franklin. Todo
parece más trágico por tratarse de jóvenes, pero aunque sus vidas hubiesen sido
largas, jamás hubiesen imaginado que se pudiera ver tanto horror y locura como
vieron ese día. Para ellos, un idílico paseo de una tarde de verano se
convirtió en una pesadilla. Los
sucesos de aquel día iban a llevar al descubrimiento de uno de los crímenes más extraños de los anales de la historia de América… La masacre de la sierra mecánica en Texas.”
sucesos de aquel día iban a llevar al descubrimiento de uno de los crímenes más extraños de los anales de la historia de América… La masacre de la sierra mecánica en Texas.”
Con este inquietante prólogo arrancaba la película más
salvaje y turbadora de toda la historia de cine de terror que, como tantas
otras piezas de culto del género, fue obra de un director kamikaze que vendió
su alma al diablo con tal de hacer realidad su sueño imposible.
Engañando a banqueros y a actores, a quienes les prometió
suculentas ganancias, con un presupuesto que nunca quedó claro si ascendió a
95.000 o a 3000.000 dólares, con una cámara de 16 milímetros y un rodaje auténticamente
infernal que se prolongó a lo largo de mes y medio,, Tobe Hooper sacó adelante
su gran película de horror, “La matanza
en Texas”, un puzle crispante concebido con la única intención de llamar la
atención de los espectadores de todo el mundo y abrirse un hueco en el negocio
cinematográfico.
El montaje duró cuarenta y dos días, muy laboriosos, ya que
sirvieron para obtener el granulado de la imagen y los colores chirriantes. También
se cuidó con esencial esmero la banda sonora (su presupuesto era de tan solo
400 dólares), una mezcolanza sonora de instrumentos musicales extravagantes
grabados en un magnetofón casero, que sirvieron para subrayar las escenas
violentas del filme. Violentas, no gore, ya que la Matanza en Texas no ofrece explícitamente
tanto como sus remakes. Hooper no mostraba la sangre; al contrario, la escondía
y jugaba con ella para así provocar el rechinar de de dientes de los
espectadores. Y todo con sólo dejar entrever algunos fogonazos de brutal
contundencia: la primera y rasgante aparición de Cara de Cuero, ese gancho
oxidado que busca el cuello de la chica histérica, un martillazo furioso y repentino,
los pataleos de un cuerpo que agoniza, una persecución con motosierra por un
campo tenebroso y lo más espeluznante de todo: la cena familiar, donde el
abuelo no puede darle el martillazo definitivo a la víctima, descompuesta en llantos
y gestos de pavor. Esta agónica escena fue una de las más complicadas al
momento de la grabación. Jim Siedow, el cocinero del clan matarife, la
recuerda: “Nunca podré olvidarlo. La pobre Sally estuvo atada al extremo de la
mesa durante siglos. Fue una locura, nada menos que veintisiete horas seguidas
rodando aquello, todo lleno de plumas, huesos y pollos muertos. Éramos un
puñado de enfermos devanándonos los sesos para hacer algo por nada, casi sin
dinero, con una sola cámara de 16 milímetros y única vía de sonido”.
Una obra de un regusto insalubre, que destila suciedad por
todos sus poros, imperecedera por muchos años que pases y que obliga a
cualquiera a pensarse dos veces adentrarse por las carreteras tenebrosas de
Estados Unidos.
Las imitaciones no tardaron en llegar, los remakes y las
secuelas. Pero, eso importa?
No, para mí esta es la mejor y más inquietante, el uso del
color es perfecto, la desesperación y horror de los protagonistas es evidente.
Lo que más espanta es lo que no se ve, lo que te imaginas. Quién no se ha
preguntado al terminar la película, cómo serán las demás habitaciones, cómo
será la cara detrás de la máscara, qué cosas terribles habrá hecho el abuelo
cuando trabajaba, qué esconden tras las plumas y huesos, por qué los gritos de
cara de cuero son como los de los chanchos? Por qué! Por qué!
En lo personal considero una de las mejores escenas de todos
los tiempos esa donde uno de los muchachos perdidos, el primero en entrar a la
casa, empieza a preguntar si hay alguien por ahí y de la nada se abre el gran portón
y sale cara de cuero gritando literalmente como un cerdo y lo golpea con un gran martillo en la cabeza para luego meterlo dentro de ese cuarto embarrado de sangre, todo tan
rápido y tan violento que deja al espectador sumamente inquieto.
Me gusta y mucho, una de mis favoritas.
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