martes, 5 de junio de 2012

I DRINK YOUR BLOOD/ I EAT YOUR SKIN


Me bebo tu sangre/ perros rabiosos

Cuadro técnico:
Director: David Durston (guión)
Productor: Jerry Gross
Intérpretes: Ronda Fultz, Jadine Wong, Lynn Lowrey
País/ año: USA/ 1971



Un pequeño clásico atribuible tanto a su director como a productor Jerry Gross, que fue capaz de patrocinar esta especial de comedia gore a David Durston, cuyo currículo incluye Stigma, un filme sobre enfermedades venéreas. Sucio, con un look típicamente sesentero y repleto de atrocidades, cuenta una historia realmente delirante: unos hippies que rinden culto al demonio ofrecen LSD a un viejo, con los resultados previsibles. Para vengarse, su hijo inyecta virus de la rabia en la comida de la comuna, cuyos miembros comienzan a matarse unos a otros e infectan a una patrulla de obreros de la construcción que trabaja en la zona.







Pese a su tono de comedia desaforada, Durston debió aligerar el metraje para evitar la X censora de la MPAA, que finalmente calificó al filme con una R tras la que se producían toda serie de reclamos, cargando las tintas gore, a cargo del cada vez mayor número de contagiados que puebla el metraje, entre ellos Lynn Lowrey, que posteriormente trabajaría con George A. Romero en The Crazies (1973).






La realización feísta y la malsana textura que desprende la película no evitan que se la pueda considerar precursora de títulos como Redneck zombies (Pericles Lewnes, 1988), no sólo por su planteamiento abiertamente cómico (sería imposible tomarse esta historia en serio) si no por sus efectos especiales pasados de rosca y su demencial galería de personajes.
El avispado Jerry Gross necesitaba otro filme para estrenarla en programa doble y adquirió los derechos de una oscura cinta rodada en blanco y negro en 1964 titulada Voodoo Blood Bath y dirigida por Del Tenney. Aunque su argumento no tenía nada que ver con I drink your blood (un científico loco utiliza veneno de serpiente radiactiva para crear una plaga de zombies), Gross la rebautizó como I eat your skin (literalmente, me como tu piel) y presentó ambos filmes como “dos grandes horrores sangrientos”. 






El fraude, típico de una especie extendida en Hollywood desde que existe como tal (la del productor-distribuidor pirata que no duda en apoyarse en trucos de dudosa fiabilidad para conseguir más plata), contribuyó en la conversión de I Drink your Blood en un título de culto, pese a que ni como comedia, ni como gore, sea especialmente destacable en la actualidad. Su caso, dada la evolución del género, es común a otros productos de los años setenta, actualmente desfasados y sólo revisables por su alto contenido en escenas de extrema violencia y la cantidad de litros de sangre que inunda la pantalla.





Personalmente esta película no es de mis favoritas, aunque la sangre sin razón es un tema que sí es de mi agrado, por alguna razón extraña esta película no me llega a gustar del todo, es ridícula pero no deliciosamente ridícula, es aburrida, nada verosímil y no marca ningún precedente. Solo la recomiendo si es que les sobra el tiempo.

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