Me bebo tu sangre/ perros
rabiosos
Cuadro técnico:
Director: David Durston
(guión)
Productor: Jerry Gross
Intérpretes: Ronda Fultz, Jadine Wong, Lynn Lowrey
País/ año: USA/ 1971
Un pequeño clásico
atribuible tanto a su director como a productor Jerry Gross, que fue capaz de
patrocinar esta especial de comedia gore a David Durston, cuyo currículo incluye
Stigma, un filme sobre enfermedades venéreas. Sucio, con un look típicamente
sesentero y repleto de atrocidades, cuenta una historia realmente delirante:
unos hippies que rinden culto al demonio ofrecen LSD a un viejo, con los
resultados previsibles. Para vengarse, su hijo inyecta virus de la rabia en la
comida de la comuna, cuyos miembros comienzan a matarse unos a otros e infectan
a una patrulla de obreros de la construcción que trabaja en la zona.
Pese a su tono de comedia
desaforada, Durston debió aligerar el metraje para evitar la X censora de la
MPAA, que finalmente calificó al filme con una R tras la que se producían toda
serie de reclamos, cargando las tintas gore, a cargo del cada vez mayor número
de contagiados que puebla el metraje, entre ellos Lynn Lowrey, que
posteriormente trabajaría con George A. Romero en The Crazies (1973).
La realización feísta y la
malsana textura que desprende la película no evitan que se la pueda considerar
precursora de títulos como Redneck zombies
(Pericles Lewnes, 1988), no sólo por su planteamiento abiertamente cómico
(sería imposible tomarse esta historia en serio) si no por sus efectos
especiales pasados de rosca y su demencial galería de personajes.
El avispado Jerry Gross
necesitaba otro filme para estrenarla en programa doble y adquirió los derechos
de una oscura cinta rodada en blanco y negro en 1964 titulada Voodoo Blood Bath y dirigida por Del
Tenney. Aunque su argumento no tenía nada que ver con I drink your blood (un
científico loco utiliza veneno de serpiente radiactiva para crear una plaga de
zombies), Gross la rebautizó como I eat
your skin (literalmente, me como tu piel) y presentó ambos filmes como “dos
grandes horrores sangrientos”.
El fraude, típico de una especie extendida en
Hollywood desde que existe como tal (la del productor-distribuidor pirata que
no duda en apoyarse en trucos de dudosa fiabilidad para conseguir más plata), contribuyó
en la conversión de I Drink your Blood en un título de culto, pese a que ni
como comedia, ni como gore, sea especialmente destacable en la actualidad. Su
caso, dada la evolución del género, es común a otros productos de los años
setenta, actualmente desfasados y sólo revisables por su alto contenido en
escenas de extrema violencia y la cantidad de litros de sangre que inunda la
pantalla.
Personalmente esta película
no es de mis favoritas, aunque la sangre sin razón es un tema que sí es de mi
agrado, por alguna razón extraña esta película no me llega a gustar del todo,
es ridícula pero no deliciosamente ridícula, es aburrida, nada verosímil y no
marca ningún precedente. Solo la recomiendo si es que les sobra el tiempo.
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